El local es amplio, hermoso, con una preciosa barra y paredes decoradas con buen gusto y elegancia: la bodeguita es una de mi habitaciones favoritas, donde cada socio guarda sus vinos, amén de otras reliquias personales. El Zocalillo Agc: Asociación gastronómica y cultural. Vaya mezcla deliciosa: comer bien y endulzarse el espíritu con arte, pintura, poesía, cine...
Comenzamos tras una bella presentación de Hermógenes, concreta y reflexiva.
Estuvimos rodeados de amigos y algún familiar. El ambiente era magnífico. Nos trataron estupendamente y tomamos una cerveza en agradable compañía.
Hicimos un alto en el camino, fumamos un cigarro, hablamos de mil y una cosas -noches, preocupaciones, poemas...- y volvimos al ruedo: la gente quiso un pequeño segundo pase donde las preguntas, el coloquio la charla y la voluntad de hacernos entender -sin estar de acuerdo en
algunas cosas- se fue imponiendo. Una cámara rindió la mala voluntad de la memoria: allí quedó constatado el cine, se fraguaron poesía y tango, apareció el silencio y el arte de la poesía se hizo presente y los puntos de vista diferentes de escultores, pintores, dramaturgos, escritores y críticos que allí estaban eclosionaron en palabras sentidas, opiniones enfrentadas pero respetuosas... todo regado con exquisitos néctares y unos quesos que quitaban "er sentío".
Recordamos más caras que nombres, disculpad la memoria.
Acabamos de madrugada, doliéndonos las despedidas, tras unas palabras tan amables y el trato tan exageradamente bueno que nos ofrecieron todos los miembros de la asociación.
Acabamos de madrugada, deseando volver a este reducto de buena gente, buena comida, bebida excelsa, gusto inmejorable, Reducto de la defensa de la belleza en cualquiera que sea su expresión.
Un saludo a todos y todas. ¡Y salud para el Zocalillo Agc!
Nos seguimos viendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario